Si existiera un único productor y decidiera vender a un precio “p” a los consumidores radicados justo a su lado, tendría que ir subiendo ese precio, en función de los costes de transporte en que vaya incurriendo, a la hora de vender en localizaciones más alejadas geográficamente. Si la curva de demanda de ese productor es al precio p’, que corresponde a unos costes de transporte (p’-p), su cantidad demandada sería cero. De ese modo, abastecería un área de mercado circular, de radio igual a la distancia que corresponde al coste de transporte igual a (p’-p).
Si se considera la existencia de más productores, el área circular descrita se convierte en hexagonal, ya que las áreas circulares suponen la existencia de pequeños espacios geográficos no abastecidos por ningún productor. La red de hexágonos resulta eficiente, ya que agota la totalidad del área servida.
Otros bienes generarán otras redes hexagonales, superpuestas a la inicial, cuyas áreas de mercado serán de distinto tamaño en función de la variación de las economías de escala en la producción y los costes de transporte de los diferentes bienes.
La “región económica ideal”, según Lösch, corresponde al resultado de una concentración espacial según la cual todas las redes tengan un centro de producción común. La concentración espacial de las actividades es la conclusión a la que llega este autor, aun cuando su supuesto de partida era, recordemos, el reparto homogéneo de los factores productivos y de la población a lo largo de todo el espacio.
Fuente: Modelos de desarrollo regional : teorías y factores determinante. Edgard Moncayo Jiménez
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